martes, 21 de julio de 2009

Ni quien se acuerde de las flores

El muro de los lamentos/Ni quien se acuerde de las flores

Ayer compre un compacto de Lucha Reyes, emblematica cantante mexicana de corridos y canciones serranas, cuyas interpretaciones fuerón durante mucho tiempo, referencia para las cantantes de musica vernácula. Mientras la escuchaba con esa voz entre ronca y rasposa, recorde la noche de ayer en el trabajo. Se realizó un evento de presentacion de diversas jovenes que habian ganado el titulo de "la flor mas bella" de sus respectivos estados. Todas ellas acompañadas de familiares amigos y representantes.

La mayoria de los hombres iban de bota vaquera y sombrero. Algunos, vestían guayabera y uno que otro despistado pantalon y camisa de vestir.
Habia ahi hombres de todos los estados, hombres altos y bajos, francmente gordos y delgados. Hombres de natural virilidad y masculinidad. Algunos casados, otros sin soltar a la novia, marcando territorio, y algunos mas abrazando al amigo o al compañero mientras tomaban cerveza.
Al verlos, me senti lejos de su experiencia de vida como hombres.

Uno de los temas obligados en la discusión homosexual es la expresión de la masculinidad. Pero la masculinidad en la cotidianidad. No la masculinidad de la que ostentamos en reuniones, exacerbando la poca o mucha virilidad con la que contamos de forma natural. Si no la masculinidad propia de cada quien en la vida diaria.
Esa masculinidad que nos acompaña en todo momento y que es resultado de nuestra vivencia y nuestra visión de nosotros mismos.
Mucho hablamos de hacer presencia y de la imagen Leather. Pero La vestimenta es solo eso cuando no hay una masculinidad cotidiana que la respalde. No hay vestimenta que dote de masculinidad por el hecho de vestirla. Y hay quien no viste de piel y es sumamente masculino.
El comportamiento dota la vestimenta de esa aura fuerte y viril. Pero un comportamiento diferente, hace que la vestimenta cambie en su sigificado. ¿Cuantas veces hemos visto que un atuendo de piel, o de vaquero, o uniforme, vestido por un hombre de comportamiento no masculino, no solo pierde el significado de poder, sino que se vuelve una parodia.?
Ayer en la noche estuve sumergido por algunas horas enmedio de un ambiente diferente al habitual. Un ambiente en el cual no habia ninguna clase de comportamiento lejos de lo masculino en los hombres que ahi estaban. La mayoria de ellos con una actutid netamente masculina. Y lo disfrute. Ninguno de ellos se vistio con el proposito de exagerar o exacerbar su virilidad. Y sin embargo, la mayoria llamaba la atención por ser indudablemente masculinos.

Esta parte quizas, a algunos se nos olvida. No por ser homosexuales dejamos de ser masculinos. No debemos colocaros la vestimenta esperando que ella nos dote de la masculinidd que nos falta.
Debemos colocarnos la vestimenta para lucir mas la masculinidad que traemos por naturaleza.
Llamamos la "imagen buga" a aquello que consideramos lo naturalmente masculino, como si ser homosexual nos quitara la masculinidad natural.
El lo personal no creo que haya una "masculinidad buga" y otra "masculinidad gay". Creo que la masculinidad es una sola. Solo cambia la forma de vivirla.

Ahora que se acerca el mes de la patria, en que por todos lados comenzaremos a ver sombreros y alusiones a la vestimenta mexicana, seria una buen momento de reflexionar acerca de como vivimos nuestra masculinidad, y que tanto usamos la vestimenta como forma de externarla, o como forma de suplirla.

Fidel S.
fenixobscuro@ yahoo.com

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