martes, 23 de marzo de 2010

Un rayo de luz

Un rayo de luz.

Cuidado. No dejan tomar fotos.
Eso me dijo un hombre de unos 46 años, de piel blanca y cabeza casi calva. Sus ojos color miel, parecian saltar un poco de sus cuencas, mientras me miraba cambiar las pilas de mi camara. Sin levantar la mirada le respondi - Si. Lo se-. Me miró un par de segundos y se paro a mi lado, apoyando su espalda en el barandal de madera en el cual estaba yo apoyado.
Miró hacia arriba atentamente, fijando su mirada en el enorme vitral que se halla sobre la sala de espera del hospital de oncologia del centro médico. sin despegar la mirada me preguntó - ¿Sabes lo que pasa con este vitral?.- Mire al suelo mientras decidia si le respondia o no al hombre. No lo conocia, no sabia sus intenciones y no quería enfrascarme en una larga explicación de algún hecho acerca del vitral.
Después de visitar la capilla del hospital, para rezar un poco y cerrar este año que ha pasado desde la perdida de Cesar, la verdad es que tenia muy poca paciencia para aguantar explicaciónes o hechos que no me importaban. Habia dejado un par de rosas, y habia visitado el mirador del quinto piso. Aquel lugar, fue el último en el que pude hablar con Cesar a solas, en donde escuche por ultima vez su risa, y vi sus ojos castaños brillar con melancolia.
Me sentía desganado y fui a ver el vitral. Cuando Cesar estaba internado yo miraba ese vitral desde arriba, desde la ventana de su habitación en el quinto piso del hospital. A veces me imaginaba que las mariposas del vitral se movian y volaban en circulos por el techo del hospital, solo para salir y perderse en el horizonte, mientras el sol del amanecer bañaba de rojo las nubes, y las rafagas frías de la mañana evaporaban el poco rocio que se acumulaba en los arboles del panteón francés.
Pero las mariposas nunca volarón.
Si - conteste, esperando que con esta respuesta el hombre se fuera. En cambio se quedo a mi lado mirando el suelo. - Aunque no se porque si sería por eso que colocarón el vitral aqui.- agregue.
El hombre levanto la vista como si se animara de repente y me dijo con media voz, como si no quisiera ser escuchado mientras transmitia un conocimiento ancestral que solo el poseia. -Desde hace mucho tiempo ya se conocia la influencia de los colores en el cuerpo humano. Ya desde los griegos se sabia que algunos colores ayudaban a que las heridas cicatrizaran más rápidamente. La cromoterapia se usa mucho en varias partes del mundo con buenos resultados. Y quien puso el vitral, a lo mejor sabia que a veces se puede hacer un rayo de luz, que hasta puede curar el cancer.-
Levante la vista y mire el vitral. Pensé en lo que habia pasado, en las noches en vela junto a César, en las consultas, las medicinas, las quimios, las noches de angustia y desesperación. Todo eso se habria evitado con solo un rayo de luz. Y sentí ganas de patear a ese hombre por su candida idea de la cromoterapia.
El hombre busco en su mochila y saco su camara digital, y comenzó a pasar imagenes rápidamente - He venido varios diás a tomar fotos y una vez me pasó algo raro. te lo mostrare.- me dijo mientras enrojecia de nervios al no encontrar la imagen que buscaba.
Despues de unos segundos me dijo- Mira, no lo vi hasta cuando vi el video en mi casa -
en su camara se observaba el piso del hospital bajo el vitral. Habia luces de colores que se desprendian del vitral, posiblemente del mediodia. En un momento aparecio un rayo de luz que atravesaba toda la pantalla de la camara. Un rayo de luz blanca bordeado de una ligera aura violeta que parecia brotar de entre las luces de colores. El hombre me miró fijamente. - No se como se origina este rayo, pero quiero ver si se vuelve a repertir -
Por un momento me imagine que César se curaba magicamente, y que nada habiá sucedido. Pero nada es mágico. Y César fallecio hace un año. No importa ya si el rayo existe o no. O si tiene poder curativo o no. César ya esta en otro plano, y yo debo cerrar este ciclo que ya ha durado un año.
- Me quedare hasta las doce y media para ver algo más ocurre- Me dijo aquel hombre y se fue a pararse unos metros más alla, apoyandose en el barandal, mirando al suelo atentamente.
Yo mire una vez más al vitral. Me despedí de esa parte dolorosa de la muerte de César y caminé hacia la salida de urgencias mientras me imaginaba que las mariposas volaban alejandose, dejando a su paso luces de colores en el piso y rayos de luz violeta que el hombre recogia en su camara.

Hoy se cumple un año del fallecimiento de quien fuera mi pareja, mi amigo, alguién que trabajo para tener un espacio y un lugar para sus amigos y para quienes quisieran ser sus amigos.
Gracias a todos por su apoyo en ese momento.

César Vargas Hernandez
30 de abril 1976 - 23 de marzo 2009
In memoriam




Fidel S.