martes, 15 de agosto de 2017

Cuatro tangos

Te conoci una noche,
Tú y yo solos en la calle.
Me miraste,
me dijiste,
ven conmigo,
te mire y te dije: sí.
Llegamos a tu casa,
me enseñaste tus cuerdas,
me mostraste tus cadenas,
Y me dijiste: Átame.
Te mire desnudo, te mire viril.
Mire tus ojos profundos.
Y entre las cuerdas, me enamore de ti.

Madreselvas en flor,
que trepando se van,
es su abrazo tenaz y dulzón como aquel, si todos los años,
si tus flores renacen,
así que no muera,
mi primer amor…

Te quito la ropa poco a poco,
Tu cuerpo moreno queda desnudo,
y la luz del sol de la tarde,
ilumina tus ojos sumisos,
y tu miembro se eleva
Mientras te amordazo
tus pezones se ponen duros
cuando abrazo tu cuerpo con cadenas,
 y en mi mano aparece un látigo de piel
que dibuja líneas diagonales,
al contacto con tu piel.
Tu cuerpo tiembla  de dolor,
de excitación.
Tiembla De placer.
De amor.

Ay de mí, ay señor, cuanta ternura y dolor
Cuando el sol se va ocultando,
 y tú sufres lentamente,
como un alma doliente,
en el atardecer

Te ate desnudo a la cama,
te ate con cariño y con severidad.
Tu espalda fuerte y morena,
tu espalda que lucía roja y brillante.
Las líneas de mi látigo en tu piel,
Brillan como pequeños caminos de sangre.
Roce cada uno con mis dedos,
Disfrutando el calor de tu excitación.
Y dejarte atado,
sudoroso y torturado,
eleva a la gloria mi placer.
Me pare sobre tu espalda
Y encendí lentamente un cigarro
Era como verte desde el cielo,
Y el humo eran las nubes
que dejaban ver tu sufrimiento,
Y mientras el humo se eleva,
se eleva tu dolor.

Sus espirales son sueños celestiales,
y forman nubes, que así a la gloria suben.
Y envuelta en ella tu chispa es una estrella,
que luce clara y bella,
con rápido fulgor.

Lentamente te quite las cadenas,
deshice nudos.
Rompí el abrazo de las cuerdas.
Libere tu cuerpo adolorido.
Acaricie tu piel maltratada.
Bese tus labios heridos.
Te tome entre mis brazos.
Te levante del piso,
y te lleve lentamente al sillón.
Te abrace fuerte,
y puse tu cabeza en mi pecho para protegerte.
Te mire a los ojos,
y vi tu ansia de entregarte.
Te abrace nuevamente.
Tu cuello aun tenía la cadena.
Te di un beso suave y tierno.
Te di de beber de mis labios,
y tus dedos se entrelazaron en los míos
Tu alma toco la mía.
Me convertí en tu Dueño
Tú en mi propiedad
Y no nos volvimos a separar.

Y todo a media luz es un brujo el amor,
a media luz los besos,
a media luz los dos.
Y todo a media luz,
crepúsculo interior,
que suave terciopelo,
 la media luz de amor…






Salf/052017/ver3.4

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