jueves, 18 de julio de 2013

Luz deslumbrante

Luz deslumbrante.

Luz intensa que hiere mis ojos, luz blanca y brillante que rompe la oscuridad y que no me deja ver, solo sentir. Eso es lo único que veo y me causa miedo, terror.
Dicen no recordamos el momento de nacer, pero en este momento lo recuerdo como si lo estuviera viviendo de nuevo. Sombras de color rojo oscuro, tibieza a mi alrededor, arriba de mi un punto caliente que golpea continuamente como un tambor. Y dentro de un líquido viscoso estoy yo. De pronto mi albergue se comienza a mover, a presionarme, como si fuera a explotar. Al principio las sacudidas son esporádicas, pero cada vez son mas frecuentes y rápidas, cada vez me sacuden como si quisieran destruirme.
No se que pasa, el miedo se apodera de mi, el lugar que me cuidaba ahora me ataca. El lugar se estremece y de pronto, después de sacudirse sin cesar, el líquido se va, y yo quedo aquí adentro sin protección, las paredes me aplastan. El lugar que tanto quiero y que tanto me dio, ahora es un lugar que me asfixia. Las paredes se cierran me empujan y yo no quiero salir, no puedo ni tengo manera de aferrarme a nada, y las paredes me expulsan y me sacan. Todo el cariño que sentía se ha ido. Siento como me empujan una y otra vez hasta que en mi cabeza siento la presión de un orificio que se ensancha. Intento aferrarme desesperadamente a algo pero mis manos resbalan. Y luego lo único que se es que hay algo deslumbrante que me aterra, el frío es insoportable, el dolor de ser expulsado es intolerable, y esa luz. Esa luz como la de ahora. Deslumbrante.

El primer golpe fue en la espinilla izquierda. El dolor es igual de sorpresivo e intenso que en aquella ocasión en la que tenia seis años. Mi padre me había golpeado y aun me dolían mis nalgas y piernas. Ese día mi madre nos compro un carrito, que consistía en una placa de madera con cuatro llantas, freno y volante. Para consolarme,  salí a jugar con el a la calle, pero con tan mala suerte que me estrelle contra un árbol y casi me rompí la pierna. Mi espinilla golpeo contra el tronco del árbol y el dolor me dejo tirado durante unos minutos. Todos me regañaron y nunca más lo volví a intentar. Siempre me decían que era torpe e inútil. Esa tarde como muchas más, me trague mis lágrimas, mi dolor y mi frustración.

El segundo golpe fue en el brazo izquierdo, y me lo fracturo. El dolor es más fuerte y fue mas rápido que el dolor que sentí cuando me luxe el codo. Cuando tenía 11 años. Fue en una noche lluviosa de septiembre. Mi padre siempre fue intolerante e intransigente, me regañaba por cualquier cosa. Por las noches llegaba y tocaba el claxon para que saliéramos y abriéramos las grandes puertas del patio. Y si no salíamos pronto nos regañaba e insultaba. Esa noche yo estudiaba y escuche el sonido se su auto y salí corriendo, tal era mi prisa que olvide que llovió esa tarde y había un charco de agua en la cocina, que se había formado por las goteras del techo. Me resbale y caí. Lo siguiente que supe, fue que estaba en el piso, mi brazo estaba fuera de su lugar y yo no podía moverlo. Un par de minutos después vino el dolor. Mi papa no quiso llevarme al medico, era muy caro. Me llevo con una huesera que me dio masaje hasta hacerme gritar de dolor, y el solo me decía que aguantara. Salí llorando con el coraje y la frustración, mirando la luna mientras regresábamos a casa. Mi brazo nunca se corrigió.

El tercer golpe fue en mi costado izquierdo. Mis costillas tronaron como ramas secas en otoño. Puedo sentir como se mueven libres en mi pecho mientras el aire entra en mis pulmones. Me cuesta respirar, me duele. Sentí lo mismo cuando las láminas de asbesto del techo cedieron ante mi peso y caí sobre una vitrina de madera. Fue en época de lluvias. Yo tenía como 16 años. Las láminas de casa eran de asbesto, dispuestas a manera de techo de un agua. Cuando granizaba, se acumulaban las pequeñas bolitas de hielo en los canales y amenazaban con romperlas por el peso. Mi madre me pidió subir después de una granizada, para limpiar los canales de granizo.
Subí por una escalera  hasta una barda lateral, y de ahí pase al techo. Camine pisando despacio y colocando mis pies sobre los surcos, como me habían enseñado para evitar que mi peso cayera en un punto pequeño y se rompiera. Ande con cuidado, con una escoba a manera de bastón. El principio no tuve ningún problema, pero de repente una lámina se rompió y caí de costado sobre una vitrina de madera, rebote y caí después sobre una mesa y luego al piso. El golpe me saco el aire, me atonto y pensé que me mis pulmones estallaban. Pero no. Me quede tendido aun con la sorpresa de lo sucedido. Solo recuerdo estar en el techo, y después, ver como los objetos subían a toda velocidad a golpearme. Mi madre me ayudo a levantarme y a recuperarme. Aun mis costillas izquierdas conservan un ligero hundimiento. Tampoco esa vez fui al hospital.

El cuatro golpe fue en la cabeza. Aunque no es tan grave. No duele más que los manazos o los coscorrones que me daba mi para o mis hermanos cuando me equivocaba. O cuando decía algo que no les gustaba y me decían “estúpido” o “pendejo”. Este golpe solo me nublo la vista un poco. Pero mi cuello si me dolió. Igual que aquella vez que el microbús en el que viajaba se estrello contra un vocho. Yo regresaba del trabajo por la noche. Un automóvil gris salió de repente de un cruce y el microbús no pudo frenar. Mi cabeza fue lanzada hacia delante y hacia atrás, y por un momento creí que saldría volando. Sentí un calambre en el cuello y nada más. No quería tener problemas y no me sentía tan mal, así que negué la ayuda que me ofrecieron los de la ambulancia y me fui a casa. Cuando llegue no había nadie. Comí algo ligero pues no tenía hambre. Me recosté en la cama sintiendo alguna molestia y dolor. Dormí aquella noche con una sensación de inquietud y temor.

Vuelo. Siento mi cuerpo flotar, girar sobre si mismo. Todas las cosas giran también a mí alrededor, de forma vertiginosa. Me siento como cuando era alzado por el brazo por mi padre para golpearme con su cinturón. Yo trataba de girar para evitar el cintarazo, por momentos mi cuerpo pequeño se levantaba del suelo, mientras el cinto marcaba mi espalda o mis piernas. El mundo se convertía en una serie de imágenes que se movían a gran velocidad. Un mundo en el cual, yo nunca podía escapar. Un mundo en el cual siempre terminaba yo en el suelo, llorando, sin saber que había hecho mal. Preguntándome siempre el por qué. Deseando que todo terminara pronto. Lanzando mi mente a otro lugar para olvidar el dolor.

El quinto golpe fue contra el suelo. Las estrellas volaron en mi cabeza y formaban figuras dentro de mis ojos. Figuras caprichosas, como las que vi cuando me realizaron una tomografía de cabeza. Estaba en la plancha del aparato, mientras el líquido que me inyectaban por la vena entraba como hielo por mi brazo. Accionaron el aparato y la plancha se deslizo hacia atrás, hacia un túnel. Me ordenaron cerrar los ojos. Un zumbido como de mosquitos comenzó a escucharse y en mis párpados cerrados comenzaron a formarse figuras de luz. Líneas y puntos desfilaron en un fondo negro, haciendo círculos, y hexágonos, desfilando a izquierda y derecha, arriba y abajo, una y otra vez durante un tiempo que se me antojo interminable. Después de pelear con mi padre, y soportar sus reproches, a mis hermanos y sus reclamos, esto era divertido. Las luces corrían de un lado a otro, tan pronto formaban círculos, que líneas paralelas. Pude olvidar por completo y por un momento la bolita que me había crecido durante los últimos dos años en mi nuca, y que todos decían que era cáncer menos el doctor. Me sentí flotar y me pregunté si así se sentía morir.

Ahora no puedo moverme.

Siento el frío del piso en mi cara. Escucho ruidos a mí alrededor. Autos que pasan. Gritos de personas desconocidas que dicen cosas que no comprendo. La luz cegadora esta por arriba de mi. Mi vista se aclara poco a poco y mi mente se aclara también. La luz que me cegó, era de un autobús  que me atropello. Ahora lo entiendo.

Intento recordar como llegue aquí, y solo acuden a mi mente los abusos y maltratos, los insultos y las humillaciones. No recuerdo buenos momentos. Y eso me duele más. Mi vida pasa por mi mente y no hay nada bueno en ella. Un poco de droga, sexo anónimo en baños y hoteles, relaciones que nunca funcionaron. Siento Odio y coraje. La tristeza inunda mi alma. Mis ojos se nublan aun más por lágrimas que de pronto se agolpan y corren por mis mejillas sin control. Siento que mi pecho estalla y no es solo por el dolor de mis costillas rotas. Siento una emoción que explota dentro de mí. Mis lágrimas no son de dolor sino de frustración y pena contenida.

La gente corre a mí alrededor, grita, pide ayuda. Alguien me sacude y me pregunta como me siento. Es la primera vez que alguien extraño me da esa atención. Es la primera vez que parece que alguien verdaderamente se preocupa por mí. Veo rostros preocupados y una señora se acerca para decirme que estaré bien.
No es cierto.

Siento como mi mente se nubla. Siento como la sensibilidad se va lentamente de mi cuerpo. Como la luz se hace difusa, como el dolor se desvanece. Siento el frío que se extiende por mi cuerpo, desde las puntas de mis dedos. Veo la luz de una lámpara y mi vista palpita, al principio rápido y cada vez más lento. Por primera vez el dolor se ha ido. Por primera vez no hay preocupación. Ahora hay lágrimas puras y transparentes en mis ojos, brillando como cristales. Como si las anteriores hubieran lavado toda la pena y el dolor. Por primera vez, siento en mi mejilla una lágrima que corre y que no es de soledad. Es como un pequeño cristal líquido que corre libre.

Siento una presencia junto a mi, no se quien o que es, pero no tengo miedo. Solo la siento recostada junto a mí.  Me envuelve, me abraza. Se acerca y me susurra al oído que ya no sufriré más.
De repente recuerdo a mi madre, recuerdo el calor de su pecho mientras me abrazaba en los días de lluvia. Recuerdo su rostro cuando cocinaba tamales y me daba atole caliente de maíz. Siento su mano sobre la mía, como cuando me llevaba al kinder. En ese tiempo yo reía mientras comía el bolillo con mantequilla y azúcar de mi desayuno Ese mismo calor que siento ahora. Ya no tengo miedo, ya se quien me abrazo y me susurra

Mi vista ya casi no palpita. La luz ya no molesta. Mi cuerpo ya no responde.
Escucho a alguien que me llama. Es el hombre que me atropello. Lo escucho pedir perdón, en medio del griterío de la gente.
Lo veo afligido como a través de una cortina de niebla luminosa. Yo solo intento sonreír. Me gustaría decirle solo una sola palabra.

Gracias.



Sal/130508/ver4.5

jueves, 4 de julio de 2013

Bandera del Orgullo Pony/caballo


La Bandera del orgullo pony/caballo
La bandera del orgullo del pony, fue creada por Carrie (alias Mystic Storm), quien presentó la bandera a la audiencia en el  Florida Fetish Weekend en octubre de  2007. El campo negro representa a una parte de la comunidad Leather, la franja blanca representa la verdad y la pureza del espíritu interior de cada pony. La línea azul atravesando el centro representa a los ponis que han ido más allá de los limites, y también a los aspectos de competición, también es una forma de recordar a los vaqueros y vaqueras que aman a sus ponis o caballos. El círculo verde representa el pasto y la naturaleza del ambiente del caballo, y las herraduras representan al pony en su ambiente natural, y la unificación de todos los ponis.

Fuentes de banderas

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Bandera del Orgullo Vaquero (Leather Fetish)



Bandera el orgullo vaquero.

Esta bandera (leather) del fetiche vaquero fue un intento para dar un simbolo a la comunidad fetichista de los vaqueros y vaqueros Leather, y fue diseñada por Sean Campbell en 2001. El también diseño banderas del orgullo lesbico y transgénero. La bandera usa las mismas barras negras y en la misma posición de la bandera Leather, asi como el mismo tono de azul, se le agrego una cabeza de caballo con forma de letra Lambda y el triangulo blanco.

Bandera del Orgullo Extraño


Bandera del orgullo extraño.
La bandera del orgullo extraño fue creada por  Mitchel McAllister en 2004, y la presentó en el ahora desaparecido sitio de internet "Freak Farm". Diseñada para unificar a los fetichistas de tatuajes, piercings y modificaciones corporales, también para los que gustan de las apariencias únicas o extrañas, y de ropa fetish fuera de lo común. Las once barras en el campo contienen seis colores con una parte revertida al espejo. El negro simboliza el cambio y la fuerza, el azul oscuro representa toda la vestimenta fetish, el marrón es por la sangre y los lazos de la modificación corporal. El dorado oscuro (oro viejo)  por el coraje para ser único y ser uno mismo. El gris por el metal usado en los piercings y el blanco representa la pureza del propósito. El diseño revertido al espejo representa la jornada lejos de lo común y los aspectos kinky de la comunidad.

miércoles, 3 de julio de 2013

Bandera del Orgullo de Látex


La bandera internacional del orgullo del látex fue diseñada por Peter Tolos y Scott Moats en 1994 como una manera de identificar a los fetichistas de látex. El diseño refleja la pasión sensual, sensorial y mental por el látex. El negro por la por ver y sentir el brillante látex negro, el rojo por la pasión por el látex y los fetichistas del mismo, amarillo por el juego intenso con el látex y las fantasías, el chevron representa el morbo que disfrutan los fetichistas de látex.

Bandera del Orgullo de la Pertenencia


Develada durante la Master/Slave Conference el 29 de Julio de 2005, esta bandera fue diseñada Master Tallen de Washington, DC. El campo negro tiene un borde blanco, que delimita un campo negro. La barra vertical es un símbolo universal de la dominación. El trío de barras horizontales rojas en un símbolo universal de sumisión. La bandera fue creada para proveer un símbolo universal que representa a la fundación de la relación Amo/esclavo, y crear un símbolo de unidad y orgullo.

Bandera del Orgullo Amo/Esclavo


Develada durante la Master/Slave Conference el 29 de Julio de 2005, esta bandera fue diseñada Master Tallen de Washington, DC. El campo negro tiene un borde blanco, que delimita un campo negro. La barra vertical es un símbolo universal de la dominación. El trío de barras horizontales rojas en un símbolo universal de sumisión. La bandera fue creada para proveer un símbolo universal que representa a la fundación de la relación Amo/esclavo, y crear un símbolo de unidad y orgullo.

Bandera del Orgullo Vaquero Gay


Previo al diseño de Sean Campbell, Frank Harrell (Alias Cowboy Frank) diseño un símbolo para la comunidad vaquera gay en marzo de 1998, el cual es mas reconocido en la red como el símbolo oficial de la comunidad vaquera. Su diseño incluye la imagen de un sombrero vaquero en la bandera del orgullo gay. 

Bandera del Fetichismo de cigarros


Bandera del Orgullo Vaquero


En orden de abajo hacia arriba)
Color sepia
Color distintivo del viejo oeste; este color representa la tierra que el vaquero trabaja o el suelo que pisa
Color verde

Este color simboliza el campo trabajado, la prosperidad y la abundancia
Color Azul
Simboliza la masculinidad del vaquero
Color Rojo
Representa el amor que un vaquero tiene hacia sus semejantes (familia, amigos, pareja)
Color Gris
Representa el acero, el trabajo y la fuerza del vaquero
Color Negro
Simboliza la elegancia, el porte que todo vaquero posee en su vestir y figura que lo caracteriza
Color Blanco
Representa la Armonia, La Paz, la amistad, la fraternidad
Simbología de la Bandera
- El orden de importancia es de abajo hacia arriba
- El color rojo en medio del azul representa el amor entre 2 masculinos
- La forma de triángulo equilatero de color blanco la decidimos así para mostrar la importancia y que va implícita en todas las características del vaquero; la armonía, la paz, la amistad y la fraternidad
- El sombrero es la caracteristica principal del vaquero.


Charlie Mireles Sanchez