jueves, 14 de enero de 2010

Pequeña Ivalú

El muro de los Lamentos / Pequeña Ivalú.

En esto tiempos en los cuales, la iglesia Catolica hace gala de la más descarada intolerancia, es conveniente preguntarnos: ¿En que creemos? ¿Cual es nuestro Dios?.
A muchos nos produce mucho ruido el hecho de que los catolicos esten mas preocupados por evitar las leyes que beneficien a mujeres (ley pro aborto) y que igualen a homosexuales (matrimonio), que por lo que pasa dentro de la institución (pederastia, violacion, encubrimiento, acumulacioón de bienes, etc.).
Muchos hacemos e insistimos en la diferencia de creer en la fe catolica, y no en la iglesia e institución catolica. Algunos decimos que creermos en la fe, no en la iglesia como institución, porque la institución ha dejado de ser honesta y se ha dejado de lado los dos principales mandamientos de su fe: Amarás a Dios por sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo. A pesar de que estos dos mandamientos vienes enunciados en el nuevo testamento.
Un personaje frances decia que actualmente tenemos suficiente religión para odiarnos, pero no la suficiente para amarnos.
Es una pena que una religión con tan buenos principios, haya quedado sepultada y sobrepasada por rituales e ideas que ni siquiera se instituyeron, ni en vida de Jesús, ni en vida de sus apostoles.
Ahora se abren varios puntos a discusión acerca de si rechazar el Dios que nos rechaza, o si rechazar a los ministros que nos rechazan. O ambos y optar por el Dios que nos ama.

Les dejo unos fragmentos de un libro llamado "El país de las sombras largas" de Hans Ruesch. Trata acerca de la vida cotidiana de los esquimales y de la irrupción en su vida del hombre blanco, y principalmente su Dios. Los fragmentos corresponden al sermón que le da el curandero de la aldea a una jovencita que se debate entre las creencias de sus padres y la nueva religión.

...¡Es evidente que dormías durante las lecciones… ...repitierón mil veces que hay un solo Dios.

- No vayas a creerlo, Ivalú, los hombres blancos son gente rústica y presuntuosa. Por so tienen la desfachatez de afirmar que solo existe, a lo sumo, un solo Dios (naturalmente el suyo), que solo el vale algo y que es menester echar a todos los otros.. Pero no es así, aunque sería descortés y hasta peligroso contradecirlos. Si alguien obra o piensa de manera distinta a la de ellos, lo consideran un pecador….


…¿Cómo puedes imaginarte que el Dios de gente tan villana pueda hacerte feliz y darte tranquilidad? Y si no te hace feliz (y por cierto que no tienes el aire de serlo), quiere decir que no se trata del Dios que te conviene, ¿comprendes?

Ivalú arrugó la nariz. Lo que equivalía a una negativa.

- Escucha, púes, estúpida muchacha. Cada tribu tiene el Dios que se merece; por que cada Dios esta hecho a imagen de quien cree en él. Y así la gente estúpida tiene un dios estúpido, los inteligentes tienen un Dios inteligente, los buenos un Dios bueno, los malos, un Dios malo. El Dios de los hombres blancos en un Dios terrible, celoso y vengativo, por que los blancos son gentes terribles, celosas y vengativas…


….Un curandero no conoce ni le interesa conocer al Dios de los hombres blancos. Nosotros siempre nos las pasamos muy bien sin el. Pero la luz interior que ilumina a todos los curanderos nos revela que quien hizo a los hombres los quiere felices y no infelices. No quiere ver caras fúnebres, sino caras sonrientes. No quiere oír lamentaciones, sino risas; así también el puede reír un poco. Y también quiere la felicidad de sus criaturas, por que la gente feliz es buena, mientras que los infelices son malvados. ¿Comprendes?.....


… Si intentas imitar a los hombres blancos, estas perdida Ivalú, como lo están ellos en la tierra de los hombres, si no tienen leña y carbón. El Dios de los hombres blancos no tiene el poder de proteger ni a ti ni a ellos en los hielos polares; el frío lo paraliza...


…Vuelve a los silenciosos hielos del norte, donde tú eres sabia, porque no existe pecado más grave que el de la ignorancia, y allí estarás a resguardo de los hombres blancos y de la venganza de sus Dios, que tiene los mismos rasgos de ellos: rasgos de tirano fúnebre y vengativo, que fija un precio a la salvación y encadena a sus hijos en lugar de hacerlos libres. Huye de un Dios que te dice: quiero ser amado sobre todas las cosas, porque de no ser así, te arrojaré a un horno en llamas. Cree en cambio en un Dios que te diga: Pequeña Ivalú, te amo mucho, y no deseo otra cosa que tu felicidad…


…Nunca creas en un Dios que quiere vengarse en sus propias criaturas por haberlas creado llenas de defectos; ése es un falso Dios y los que propagan su teoría son unos ignorantes….




Hans Ruesch
El pais de las sombras largas
Ediciones La Isla, 1972.

Y...¿Como es tu Dios?.

Fidel S.


No hay comentarios: